miércoles, 20 de agosto de 2008

Miscelánea

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Imprime esta entrada Ayer por la noche pensé que hoy no me iba a poder levantar de la cama. Por las agujetas. Después de estar tres semanas sin hacer ejercicio, el domingo nos fuimos a correr. Nada exagerado, unos cinco quilómetros. Lo aguanté bastante bien teniendo en cuenta las circunstancias. Al día siguiente tenía unas agujetas tremendas. Bajar escaleras o sentarme era un tormento. Me daba la impresión de caminar como un robot, espero que no se haya notado...

Para mejorar las cosas el lunes empezamos el curso de tenis intensivo al que nos he apuntado. Nosotros no tenemos ni idea de jugar al tenis. el primer día nos presentamos con las raquetas de los enanos. Claro, esto no ayudó a nuestro estilo... Ayer fui hasta el Decathlón para subsanar esta carencia. La verdad es que una raqueta adaptada a tu tamaño y demás filigranas ayuda bastante. El tenis me parece un deporte bastante social y debe ser divertido poder echar una partida con amigos, hijos o familia. Este deporte me ha hecho descubrir un músculo, un tal flexor radial del carpo, del cual ignoraba su existencia. Quiero decir, ya sé que tenemos músculos por todas partes, pero este nunca me había dolido. Como esto siga así, mañana voy a tener que jugar con la izquierda.... Para rematar la jugada, después de la clase de ayer nos pusimos a correr otra vez. El plan era correr unos treinta minutos. A los veinte minutos me quería quitar el pelo de la cara, pero lo que pasó fue que mis piernas se pararon. ¡Tampoco voy a recuperar las tres semanas de pasividad en tres días!

El sábado pasado se me olvidó el neceser EN-TE-RO en casa de mi hermano mayor, con las prisas y los nervios de llevar a los enanos al aeropuerto para facturarlos. Hay que ver todo lo que una mete en el neceser. Desde lo más básico como el cepillo de dientes, hasta lo más importante como el inhalador. Eso me pasa por preocuparme de todo el mundo. Que si tienes la consola, que voy a hacer las camas, que esto y lo otro. ¿Por qué a mí nadie me pregunta si lo tengo todo? En fin, cuando mis padres vayan para allá espero que me lo traigan. Como resultado de este olvido el lunes fue el maratón de compras. Tenía varias recados en mi lista, siendo el principal de ellos reponer todos los potingues y artilugios necesarios para mantenerme estupenda. De paso, ya que estaba en el centro, se me ocurrió comprar los anoraks de los niños para el cole. Fue una misión difícil porque he constatado que este año se lleva el look bolsa de basura. ¡Se diría talmente que los anoraks están hechos con bolsas de basura! Cuando ya pensaba que lo tenía todo resuelto, me di cuenta de que faltaban algunos libros de lectura, que he ido a encargar hoy. También me he hecho con tierra y abono para las plantas, que ellas también tienen que comer...

Hoy es mi último día libre. Mañana me reincorporo al curro. Con esto mi rutina será completa. Yo soy un animal rutinario. Si me cambian la rutina me desconcierto y necesito unos días para readaptarme. ¡Qué se le va a hacer! Soy así de aburrida...

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