jueves, 27 de noviembre de 2008

Amor incondicional

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Imprime esta entrada El otro día me encontré con estas fotos. Fueron tomadas en el verano de 2002. Con estas fotos queda claro que, expresado en lenguaje de cuestionario, lo que entiendo de fotografía es "poco o nada". Estas tomas están hechas con una cámara automática de las de antes, que no podías saber el resultado hasta que las rebelabas...

Me han hecho reflexionar sobre mi inmensa suerte: mi tres enanos. Todo el mundo habla de lo duro que es ser padre: que si los dolores del parto, que si la responsabilidad, que si dan mucho trabajo, que si cuestan mucho dinero, que si pierdes la independencia, que si pierdes libertad, que si las noches en vela, que si la rebeldía, que si la adolescencia...
Los hijos te aman de forma incondicional. Cuando se dan cuenta de cómo eres, de que no eres perfecto ni lo puedes todo, es tarde; ya te quieren... Todas las quejas que a uno se le puedan ocurrir quedan totalmente anulada por un beso; un abrazo; una sonrisa espontánea...
Es la mayor aventura que se me ocurre: convertir a estos pequeños seres totalmente indefensos en personas independientes, hombres de bien. Te obligan a ser mejor, a evolucionar, a sacar lo mejor de ti. Como dicen mis padres, es el sentido de la vida.

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