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Por gentileza del cambio horario, nuestra noche de ayer fue una hora más larga. Esto había que celebrarlo: nos fuimos de cena con la Happy Pandy.
La cosa no quedó ahí. Después y para no romper las tradiciones, se imponía ir a tomar una copa. El barman me cogió un tanto desprevenida, así que lo primero que se me vino a la cabeza cuando me preguntó que se me ofrecía fue Baileys.
No sé si estaba tan contento como nosotros de poder abrir/dormir una hora más, o si por la crisis la bolleta de este licor estaba a punto de caducar. El caso es que me sirvió un tanque de baileys. Lo nunca visto, oye. Hasta arriba del todo.
Habrá que volver.
domingo, 25 de octubre de 2009
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4 comentarios:
domingo, 25 octubre, 2009
Se sentiría contento
lunes, 26 octubre, 2009
Eso espero
lunes, 02 noviembre, 2009
Anda q vaya buena pinta, en nuestra próxima quedada habrá que ir a probar el tanque de Baileys,ok?,habrá q comprobar si estaba alegre y averiguar sus turnos jjjj
lunes, 02 noviembre, 2009
Todo un plan de ataque!
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