miércoles, 31 de marzo de 2010

Cómo entrenar a tu dragón

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Aquí estamos en el Carmen, para pasar estos días de descanso.

Llueve a cántaros. El cielo, el aire, todo está gris, húmedo, mojado. Esto afecta hasta a los enanos. Nos entra una desidia enorme. Sin embargo, en un acto de heroismo, meto a todos en el coche bajo sus protestas y deshago el camino andado hasta el cine.

Siguiente dilema, ¿qué ver? A mí me apetecía ver la del dragón, a la enana le apetece no estar conmigo, al enano nº3 le apetece ver Ironman 2 (que no está en exhibición). Menos mal que el nº2 está contento con la vida (y conmigo). A veces pienso que dentro de poco seré la única de la familia a la que le gustan las pelis para niños...

Basta de introducciones. Vamos a lo que nos ocupa. La película nos gustó a todos. Incluida la enana, que a pesar de los pesares se metió casi un cubo entero de palomitas y su correspondiente refresco (estaban de oferta, no me gusta comer en el cine).

Tiene momentos graciosos, tiernos, de tensión, de aventura... La mezcla perfecta. Hasta aquí nada nuevo.

El protagonista es un adolescente, Hipo. ¿Qué buscan los adolescentes? Ser como los demás, ser uno más. Pues es lo que Hipo no es, ni quiere ser. Es diferente y no le importa. Soporta la presión de la burla y es fiel a sí mismo. Este mensaje me ha gustado. Espero que los enanos lo hayan captado como yo y saquen una enseñanza de ello.

martes, 30 de marzo de 2010

Notas de cocina de Leonardo da Vinci, Shelagh & Jonathan Routh

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Con este libro me salgo de mis preferencias habituales: los clásicos.

Los autores del libro defienden la tesis de que lo que verdaderamente apasionaba a Leonardo da Vinci era la cocina, basándose en la copia del códice Romanoff, que se ha perdido. No me atrevería yo a afirmar que la única pasión del genio era la cocina. Más bien me inclino a pensar que la cocina, y todo lo que con ello tiene que ver, también le podía interesar.

Leyendo este libro se aprende del protocolo en la mesa de la época (dónde sentar a un invitado si va a ser asesinado, o si tiene la peste), sus costumbres (menúes de fiesta), sus platillos, sus ingredientes (entre otros los preferidos: testículos de corderos, ancas de rana, renacuajos y nabos, muchos nabos) su manera de cocinar. Resumiendo, todo sobrecocinado y endulzado. Claro, para poder tolerar la cantidad de alimentos pútridos, la miel debía ser muy necesaria.

El libro está dividido en tres partes. La primera nos explica el origen del códice. La segunda es una biografía del genio. La tercera, la transcripción del códice en sí.

Realmente, tras esta lectura no puedo sino pensar que Leonardo da Vinci o era un estraterrestre, o nació con, al menos, tres siglos de antelación.

Es esta una obra deliciosa. No por su estilo, del que carece, no por su argumento, que no tiene. Por la información que contiene y la manera de redactar de Leonardo, para troncharse de risa.

Sea o no verdad, la sola idea de que este genio vivía para y por las recetas y la cocina me resulta, simplemente, deliciosa.

lunes, 29 de marzo de 2010

Caries

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Al enano nº3 le ha salido una caries. Nunca sabremos si porque así tenía que ocurrir, o por el jueguecito de hacer que se lava los dientes sin lavárselos, que le divierte tanto. Menos mal que el destino se ha apiadado de él: es una muela de leche.

Así que nos desplazamos a nuestro dentista para acabar con el problema.

Tengo que confesar que yo también tuve una caries de pequeña. Desde entonces me cuido bien los dientes y puedo decir con orgullo que no sufro de caries en ninguna de mis 32 piezas (sí, tengo las cuatro muelas del juicio... y además me caben, ¡vaya bocaza, eh!)

Diferencias desde entonces:
  • ahora se usa anestesia
  • se pinta el empaste

Espero que ahora todos los enanos se dejen de tonterias y SE LAVEN LOS DIENTES COMO DIOS MANDA.

domingo, 28 de marzo de 2010

Domingo de Ramos

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sábado, 27 de marzo de 2010

Tarta de moka

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Queda inagurada la temporada de tartas cumpleaños. A partir de ahora podré hacer una tarta cada dos semanas casi hasta junio ¡yupi!

Primero le toca a papá. Pidió una tarta de café, así que aquí está. Lo que tiene de original es que la base de la crema de café es de queso, así que no resulta tan pesada como la clásica crema de moka a base de mantequilla. El bizcocho tampoco es corriente, sino de avellanas. En la receta original (que no sé de dónde saqué, pero la he modificado tanto que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia) era de nuez. Desde mi modesto punto de vista, al café lo que le va son las avellanas. Espero que os guste.

Tarta de moka

Ingredientes:

Para el bizcocho
  • 1 cucharada y media de café soluble (descafeinado)
  • 235 gr. avellanas tostadas y molidas
  • 170 gr. harina
  • 5 gr. levadura química
  • 175 gr. mantequilla, temperatura ambiente
  • 175 gr. azúcar
  • 3 huevos, tamaño L
Para el almíbar de café
  • 50 gr. azúcar moreno
  • 1 cucharada café soluble (descafeinado)
  • 55 ml. agua
Para la crema de café
  • 1 cucharada de café soluble (descafeinado)
  • 6 cucharadas azúcar
  • 250 gr. queso de untar
  • 200 gr. queso quark
  • avellanas enteras tostadas para decorar
Método:
  1. Comenzamos con el bizcocho. Bate mantequilla, café y azúcar hasta que esté blanquecino y el azúcar se haya disuelto, también aumenta de volumen.
  2. Añade los huevos, uno a uno. Enciende el horno a 170ºC. Engrasa un molde redondo de 20 cm. y cubre el fondo con papel de hornear.
  3. Mezcla avellanas molidas, harina y levadura. Añádelo a la mezcla mantequilla-huevos con una cucharada de madera. Vierte esta mezcla en el molde preparado. Hornealo durante 45 min.
  4. Mientras está en el horno, haz el almíbar. Pon todo en un cazo y caliéntalo a fuego medio hasta que el azúcar y el café se hayan disuelto.
  5. Comprueba que el bizcocho está hecho clavándole una aguja. Si sale limpia está hecho. Haz unos cuantos agujeros en el bizcocho y pincélalo con el almíbar, mientras aún estén calientes bizcocho y almíbar. Deja que se enfríe en el molde.
  6. Mientras se enfría el bizcocho, hacemos la crema. Para ello, batimos los quesos, azúcar , café hasta que sea una crema brillante y el azúcar se haya disuelto. Reservamos en la nevera.
  7. Cuando el bizcocho se haya enfriado por completo, lo cortamos en dos discos.
  8. Pues nada, ahora a montar la tarta. Colocamos un disco en el plato de servir, ponemos un aro (que me compré el otro día y tenía que estrenar) para que no se nos vaya el relleno por los lados. Extendemos la mitad de la crema.
  9. Colocamos el otro dísco encima y lo dejamos un rato en la nevera. Luego extendemos el resto de la crema sobre la tarta y por los lados. Yo lo adorné con unas avellanas enteras, pero aquí cada uno según sus posibilidades, creatividad y tiempo.
Estaba muy rica, pero al día siguiente estaba aún mejor, los sabores se habían fundido y estaba más jugosa.

¡Feliz cumple, papá!

Crema de tomate en el microondas

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Esta crema es fácil de hacer, incluso si todo lo que tenemos para cocinar es un microondas. La receta sale de El libro de oro de la cocina española. He cambiado poco: cada uno es rey en su cocina. El tiempo de cocción depende de la potencia del microondas, el mío tiene 750 watios.

Crema de tomate
6 raciones

Ingredientes:
  • 1/2 kilo de tomates maduros
  • 4 cucharadas aceite
  • 1/2 cebolla
  • 1 cucharada mantequilla
  • 1 cucharada harina
  • 1 vaso leche
  • 2 vasos agua
  • 1 cubito de caldo vegetal
  • 1 cucharada de nata
  • 1 cucharadita orégano picado
  • sal y pimienta al gusto
Método:
  1. Escaldamos los tomates. Para ello, calentamos en un recipiente profundo bastante agua en el microondas hasta que hierva, introducimos los tomates, les damos un hervor durante un minuto. Ahora la piel es fácil de pelar. Mientras tanto, podemos aprovechar para picar la cebolla. La reservamos.
  2. En un recipiente apto para microondas calentamos el agua con el cubito hasta que este se disuelva, unos 4 min. Reservamos.
  3. Vamos a hacer una bechamel. En un recipiente para microondas, ponemos la mantequilla y la fundimos en el microondas. Incorporamos la harina, formando una pasta, lo cocemos durante unos dos minutos a máxima potencia. Tiene que hacer burbujitas, hervir como quien dice. Cuando huela como a pan está en su punto. Añadimos la leche y lo metemos unos cuatro o cinco minutos más al microondas, hasta que espese y se forme la bechamel. Hay que remover a la mitad del tiempo. Reservamos.
  4. Colocamos en una fuente profunda para microondas (que tenga tapa) el aceite, la cebolla, orégano y los tomates (en trozos grandes). Lo dejamos a máxima potencia durante unos 7 min., con la tapa. Pasamos la mezcla por el minipimer.
  5. Añadimos la bechamel y el caldo, salpimentamos al gusto y lo cocinamos a la máxima potencia durante 6 a 8 min., con la tapa.
  6. Removemos, ponemos la nata y servimos caliente. Se puede servir con algunos trozos de pan fritos, pero como llegaba tarde y todo el mundo estaba esperando cuchara en ristre se quedó así. Tendrá que ser la próxima vez.

viernes, 26 de marzo de 2010

Brotes verdes

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¡Aquí están!

El día 12 de marzo, la enana y yo plantamos orégano, albahaca, tomillo y romero (resulta que el perejil y la cebolleta no pueden plantarse en maceta, según el paquete, ¡qué fallo!)
Hace unos días la albahaca comenzó a despuntar:
Hace dos días divisé el orégano:
Tomillo y romero no se manifiestan. Observo, incluso les hablo, pero se están haciendo de rogar. Estoy llena de emoción y miedo (también mocos, pero eso es otra historia). Me emociona ver cómo evolucionan las semillas. Tengo miedo de matarlas, de hacer algo mal, después de mi conocida historia con los geranios...

Seguiremos informando.

jueves, 25 de marzo de 2010

Barritas energéticas III, con chocolate

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Sigo en la búsqueda de la barrita ideal para mi mejor mitad. Las primeras se deshacían, las segundas eran un poco secas. Estas son las mejores en cuanto al sabor, si bien tienen bastante más calorías. Aún no sé si esto es bueno o malo.

Estas barritas me han gustado tanto, que no hace falta hacer ejercicio para comérselas. Sirven también al desayuno, merienda, de tentempié, por que sí....

La idea sale de Chocolate de Marks & Spencer, pero la he modificado tanto que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

No dejéis de decírmelo si las probáis y os gustan.

Barritas energéticas con chocolate
16 barritas de 8 x 3 cm

Ingredientes:
  • 70 gr. aceite girasol
  • 125 gr. azúcar
  • 90 gr. miel
  • 90 gr. orejones de albaricoque
  • 40 gr. frutos secos variados (yo usé nueces, anacardos y avellanas)
  • 25 gr. pipas girasol peladas
  • 90 gr. chocolate con leche, en trocitos
  • 215 copos de avena
Método:
  1. En un cazo, calienta el aceite, azúcar y miel hasta que se mezclen bien. Deja que se enfríe.
  2. Pica orejones, chocolate y frutos secos. Reserva.
  3. En un bol, mezcla frutos secos y copos de avena.
  4. Incorpora la mezcla de miel a los copos-frutos secos.
  5. Enciende el horno a 180ºC.
  6. Forra un molde rectangular de 17 x 26 cm aproximadamente con papel de hornear, si es de silicona, no hace falta.
  7. Cuando estén fríos los copos- miel, añade los trocitos de chocolate.
  8. Extiende la masa en el molde, alisa con la parte cóncava de un cuchara mojada y cuécelo en el horno durante unos 20 min, o hasta que tenga un aspecto dorado.
  9. Deja que se enfríe en el molde. Cuando esté templado, se pueden cortar las barritas.
  10. Sal a quemar calorías para ganarte la barrita.
Información nutricional:
  • Calorías/barrita: 151
  • Grasas: 6,9 gr., de los cuales: saturadas 1gr., poliinsaturadas 4,2 gr., monosaturadas 1,7 gr.
  • Carbohidratos: 26,3 gr., de los cuales: azúcar 16,1 gr., fibra 2,1 gr.
  • Proteína: 1,8 gr.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Aguacate pal pelo

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El otro día nuestra querida Lunatica nos contó el secreto de su cabello: se lo trata con una máscarilla casera.

¡Ajá, me dije! ¡Justo lo que necesito! Mi pelo está hecho una birria, una auténtica pena desde que voy a nadar dos veces por semana. Claro, la idea (nefasta) de dejarme melena no ayuda nada de nada. O sea que cuando leí la solución de Lunatica le pedí la receta. Culo inquieto como soy, sólo apunté la mitad de la misma: huevo, aceite y aceite de aguacate (que sustituí por medio aguacate pequeño, porque de eso aquí no hay que yo sepa).

El resultado fue esta especie de mayonesa verde.
Resumiendo, no lo probéis. Se me quedó el pelo tieso, tieso. Mis rizos hicieron mutis por el foro. El pelo se me pegó al cráneo. Habéis de saber que sin rizos parezco talmente Coco-Liso. Si normalmente me resulta difícil desenredarme, ahora fue ya imposible. Un desastre.

La receta correcta es:
  • Un huevo (clara y yema)
  • 3 cucharadas de aceite de oliva
  • 1 cucharada y media de palta (aguacate en esta parte del planeta)
  • yogurt natural hasta doblar la cantidad de la mezcla anterior
  • dos cucharadas de miel
¡Voto a brios que no cejaré hasta conseguir un cabello bien hidratado! Además prometo fijarme más cuando leo una receta, sea de lo que sea.

martes, 23 de marzo de 2010

Los tres mosqueteros, Alejandro Dumas

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Los enanos conocen de la existencia de Ratoncill@s. A la enana sólo gusta de novelas románticas (espero que sea una fase), el enano nº3 está descubriendo la lectura pasito a pasito, aún necesita libros con dibujos. El enano nº2 quería leer algo conmigo, para luego comentarlo. Tengo que reconocer que me ha hecho mucha ilusión. Entre medias tuvimos la semana blanca y patatín y patatán. Total, que yo me la he acabado y él aún no. Mientras espero, voy a plasmar mis impresiones, no vaya a ser que se me escapen por alguno de los agujeros de mi cerebro de gruyère.

Recordaba vagamente el episodio de los herretes de Ana de Austria. Lo que me ha sorprendido es que eso es sólo el comienzo. Este es un libro de aventuras en toda regla. Una detrás de otra sin pausa entre ellas. También es una novela histórica. Está visto que la curiosidad de tiempos pasados, los relatos de heroicidades, guerras y demás, siempre han resultado atractivos para los lectores. Para mí, y supongo que para cualquiera tan inculto como yo, ha supuesto una magnífica ocasión para ponerse al día en la historia de este periodo tan convulso de nuestro tan castigado continente. Ahora sé mucho sobre mediados del siglo XVI, los Borbones en Francia, las guerras entre Inglaterra, Francia y España, las guerras de religión... (no por la trama, que está llena de imprecisiones, sino porque me he repasado la enciclopedia). No sólo eso, también he aprendido sobre las costumbres y maneras de vivir. Todo va tomando forma en mi limitada cabeza.

El enano después de comenzar con la versión completa del libro, pasó a la adaptada. No me extraña. Es difícil comprender desde nuestra perspectiva, desde nuestra sociedad relativista, el concepto del honor, el hecho de que por ser un gentilhombre ya no se mentía (bueno, habría de todo como en botica, pero la teoría es la teoría), que todo el que se preciara tuviera un criado, las formas de tratarse, la vida en la corte, ... y fuera de ella.

Durante los últimos capítulos he sufrido mucho. Dumas se recrea en la maldad de Milady, la mala malísima. Milady es la reencarnación misma de la maldad, os digo. Y tú lees y ves que se sale con la suya una y otra vez, dejando un abundante reguero de sangre... y no puedes hacer nada. Sólo seguir leyendo. Lo más angustioso es pensar que tal vez exista gente así. Sudor frío.

A veces mi cerebro le pone cara a los personajes, quiero decir cara de algún conocido. Para mí D'Artagnan es Gene Kelly, ¡qué se le va a hacer!

Por último y una vez más, cada vez me asombra más la capacidad de los escritores de crear otras vidas. Escribir no sólo es tener una prosa más o menos atractiva. Es crear gente. Es contar su historia. Los personajes no sólo son nombres o figuras históricas, no. Tienen personalidad, maneras diferentes de hablar, pensar, actuar. Todos los escritores (los buenos) son, en realidad, psicólogos.

¿Qué me decís? ¿Qué tipo de libros os atraen más?

domingo, 21 de marzo de 2010

Intrusos

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¿Los veis? Aparecen cada vez que riego el jardín de cactus.

Un mirada de cerca.

sábado, 20 de marzo de 2010

Bratkartoffeln mit Wurst

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Cada vez que voy a Alemania, no dejo de asombrarme de la cantidad de maneras que tienen de preparar las patatas. Inevitablemente me pregunto, qué comerían los alemanes antes de descubrir lo ricas que son las patatas. Supongo que nabos. Es comprensible que se pasaran a la patata. No sólo las comen fritas, sino en ensalada, calientes, frías, en puré y de miles de formas diferentes. Los alemanes no pueden renunciar a tres alimentos. El pan de centeno, la cerveza y las patatas. No pueden vivir sin ellas. Para ilustrarlo os cuento una anécdota.

Una vez que mis suegros vinieron a visitarnos, cometí la torpeza de no ofrecer patatas dos días seguidos. Al tercero, tocaba. Mi suegra exclamó:

- Endlich Katorffeln, H.! (¡Por fin patatas, H.!)

No volví a torturarla... ahora siempre hay patatas.

Esta es una de mis recetas favoritas. Leo en mi libro de cocina alemana que tiene su origen en el norte, zona de Hamburgo y Schleswig-Holstein. Bueno, como el gazpacho aquí. Hace tiempo que las Bratkartoffeln se comen por toda la geografía alemana y, claro, partes de la española, porque una vez que las probéis no hay vuelta atrás. A mi juicio les dan mil vueltas a las patatas fritas. Juzgad por vosotros mismos.

Bratkartoffeln

Ingredientes:
dos raciones
  • 2 patatas cocidas y completamente frías
  • media cebolla
  • 100 gr. panceta ahumada, cortada en trocitos (opcional)
  • grasa, la que más nos guste: aceite, manteca de cerdo, mantequilla. Yo usé la que resultó del magret de pato.
Método:
  1. Corta las patatas en lascas, ni muy finas, ni muy gruesas.
  2. Corta la cebolla en tiras finas.
  3. Dora la panceta. Cuando esté dorada, añade un poco de grasa. Incorpora patatas y cebolla. La grasa tiene que estar muy caliente, para que las aptatas se doren sin empaparse de grasa.
  4. Deja que se dore a fuego mediano alto, sin tocarlas. Cuanto menos se manipulen, mejor. Cuando estén bien doradas por un lado, se les da la vuelta, con cuidado que no se rompan.
  5. Corregir el punto de sal y añadir pimienta si se quiere.
  6. Servir caliente, acompañado salchichas, hamburguesas...

Bizcocho de moka

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El otro día me topé con una receta para hacer azúcar invertido. Se me metió entre ceja y ceja que tenía que hacerla. El problema es que se necesitan unos sobres de El Tigre. Pero ¿qué es eso? Después de una pequeña pesquisa en la red, constato que en esta parte de España no se comercializan. La casa me los mandaba, pero tenía que comprar 160 sobres (una caja con 20 cajitas de 8 sobres cada). Pues vale, venga con las cajas. De paso me mandaron un libro de recetas. Menos mal porque sobres de El Tigre tengo para toda la vida.

Que no cunda el pánico. Una semana después de recibir mis 160 sobres, descubrí otros sobres gasificantes en meracadona, cuando estaba dándome una vuelta de reconocimiento. Paciencia.

Bizcocho de moka
Adaptadísimo por mí

Ingredientes:
  • 2 cucharadas soperas café soluble (descafeinado)
  • 150 gr. azúcar
  • 3 huevos, separados yema y clara
  • 125 gr. mantequilla, temperatura ambiente
  • 200 gr. harina
  • 100 gr. polvo de almendra
  • 1 sobre gasificante El Tigre o gasificante Litines (mercadona)
  • 125 ml. agua
  • 110 gr. azúcar
  • 1 cucharada café descafeinado soluble
Método:
  1. Tuesta el polvo de almendra hasta que esté dorado. Deja que se enfríe.
  2. Bate la mantequilla con el azúcar hasta obtener una pomada blanquecina.
  3. Añade las yemas, una a una.
  4. Incorpora el café.
  5. Mezcla harina, almendra tostada y gasificante. Reserva.
  6. Enciende el horno a 150ºC.
  7. Añade la mezcla de harina a la mantequilla-café, sin remover mucho, lo justo para que esté bien mezclado.
  8. Bate las claras a punto de nieve, incorpóralas a la masa con movimientos envolventes. (Se me rompió una yema, por lo que no pude batir las claras, por eso el bizcocho me colapsó).
  9. Hornéalo durante 45 min.
  10. Mientras el bizcocho está en el horno, hacemos el almíbar de café. Ponemos azúcar (110 gr.) y agua (125 ml.) en un cazo a fuego fuerte. Dejamos que hierva un par de minutos. Cuando empieze a engordar, se añade el café en polvo (1 cucharada) y se mezcla bien.
  11. Con el bizcocho aún caliente y en el molde, le hacemos agujeros con un palillo o aguja de tejer y lo pincelamos con la mitad del almíbar. Cuando esté templado, lo sacamos del molde, le damos la vuelta. Hacemos otro par de agujeros y pincelamos con el resto del almíbar

viernes, 19 de marzo de 2010

Libre

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Hoy le quitaron los puntos a la enana. Ya es libre. Dentro de tres semanas estará haciendo ejercicio y todo volverá a la normalidad.

Un resumen fotográfico del proceso:
Al salir del quirófano. Mi niña siempre sonriente.
Primera cura. Esta vez, ha sangrado un poco.
Los puntos.
Hace un poco de daño, pero mi niña es muy valiente.
Nuevo vendaje.
Hoy, quitando los puntos.
Duele, duele, duele.
Libre.
Esperamos que no se repita.

jueves, 18 de marzo de 2010

Galletas de mantequilla requemada dorada

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A finales del año pasado me topé con una recopilación de galletas para navidades, algo así como "las mejores galletas para celebrar la navidad de los últimos 20 años" (creo que de Gourmet.com). Menos mal que aquí tenemos turrón y otras delicias y nos podemos dedicar a las galletas el resto del año...

Sea como fuere, lo de la mantequilla requemada (en inglés queda mucho mejor: brown butter) (Fartuquina sugiere mantequilla dorada, esto sí que suena bien), me llamó la atención. Tiene la ventaja de que no hay que batir la mantequilla hasta que el azúcar se disuelva. Una gran ventaja. Además, el aroma de la mantequilla requemada es completamente diferente al de la mantequilla normal.

El producto resultante son unas galletas elegantes, con una textura arenosa muy agradable. Se derriten en la boca despegando todo los aromas: acaramelado de la mantequilla requemada dorada, la vainilla (que se puede cambiar por el que más nos guste), el toque de almendra... vamos que me sale la vena poética-hortera.

Galletas de mantequilla requemada dorada
24 galletas

Ingredientes:
  • 100 gr. mantequilla
  • 74 gr. azúcar
  • 1/2 cucharadita de azúcar avainillada (en el Lidl la encuentras, por ej.)
  • 155 gr.harina
  • 1/2 cucharadita levadura química
Método:
  1. Derrite la mantequilla en un cazo a fuego lento hasta que tome color,sin miedo y removiendo a menudo.
  2. Añade los azúcares y deja que se enfríe.
  3. Aparte, mezcla la harina con la levadura.
  4. Incorpora esta mezcla a la mantequilla. Forma una bola de masa.
  5. Deja que repose en la nevera. Mientras tanto, enciende el horno a 180º C y forra dos bandejas de horno con papel antihaderente o láminas de silicona.
  6. Corta 12 almendras marconas crudas a la mitad.
  7. Haz bolitas de un cm y medio de diámetro. Aplástalas un poco con un tenedor y coloca una mitad de almendra en cada una.
  8. Cuécelas durante 20 min. o hasta que comiencen a dorarse.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Suavizante en Cristales de Vernel

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La semana pasada recibí mi paquete de trnd con el nuevo suavizante Vernel en cristales.

Este suavizante de ropa se diferencia de los demás en dos detalles:
  1. Al ser en cristales no te pringa, ni hay pegotes alrededor del frasco.
  2. Se pone directamente en el tambor o con el detergente, de manera que actúa desde el principio, por lo que es más intenso.
Como podéis ver en la foto, existe en tres fragancias, frescura de oriente (amarillo), frescura floral (rosa) y frescura azul. Después de olisquear las tres, decidí comenzar con esta última. De paso puedo comentar con mis conejillos de indias sobre nuestras impresiones.

Pongo la lavadora, cuelgo la ropa y me voy al curro. Cuando llego a casa, un intenso olor la inunda. Es muy agradable. La ropa está claramente más suave. Me gusta.

Continúo con el proyecto. Ahora le toca al amarillo, el de oriente. Así, en la botella, no me convence, pero aún así hay que probar.

Cuando vuelvo a casa, el aroma oriental me sorprende... agradablemente. Este es menos intenso que el primero, pero pasa la prueba.

Último experimento con el floral. No me gusta en absoluto en botella. Una vez utilizado mejora, pero no llega a llenarme. También es menos intenso que el azul y además me marea.

Ya he puesto varias coladas. Toda la casa huele a vernel, los cajones, los armarios. El aroma persiste y esto está bien. Me gusta. No me queda más remedio que recomendarlo, por la comodidad de uso, por la intensidad del aroma y por el olor en sí.

Se comercializa en botellas de 480 gr. que equivale a 12 lavadoras. El precio oscila entre 4,39 € y 3,89 € dependiendo del supermercado.

lunes, 15 de marzo de 2010

La dieta de la piña

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Si yo fuera Leire Pajín, diría que la semana pasada se dio un acontecimiento planetario:
  1. ausencia de hombres en casa
  2. no aguantaba más mi aspecto
pero como soy un simple Conguito, os diré que, aprovechando que no teníamos fútbol, karate, ballet, piscina, piano, guitarra, ropa sucia, comidas a todas horas...; me decidí a torturarme con la dieta de la piña. Para llevar a buen puerto este proyecto necesito tranquilidad para disfrutar a tope de mi tortura.

Resumen de la semana:

Día uno: ¿quién dijo miedo? Ni siento ni padezco, no hay hambre, ni frío, ni desesperación. Esto está hecho. Soy una diosa.

Día dos: tanta piña me ha hecho heridas en las comisuras de los labios. Habrá que comerla a lo fino, con cuchillo y tenedor (en vez de con los dedos). Mejor, así me durará más.

Día tres: visita al gremio de artesanos confiteros. Esto es sufrir y lo demás son cuentos. Aquí huele que alimenta. Renuncio a probar la cobertura, rechazo el chocolate caliente...sin embargo caigo ante el envite final: me como un tercio de bollo. Primer tropiezo. Tengo miedo a engordar cinco quilos de golpe, el texto de estas dietas es como un oráculo que si no cumples al pie de la letra se vuelve contra ti.

Día cuatro: mi mejor mitad vuelve de los United. Dialogo:
- ¡qué bien tienes la piel! ¿Te has hecho algo?
- no comer.
Hoy he hecho un bizcocho. No lo resisto. Lo pruebo. Está claro que el hombre es el único animal que tropieza dos (o múltiplo de dos) veces con la misma piedra, vale con el mismo bizcocho.

Día cinco: los enanos vuelven de la semana blanca. Para celebrarlo me zampo medio sándwich que traían en la mochila. Vaya, otro día con tropiezo. Por otro lado, comienzo a tener alucinaciones. Veo desfilar ante mis ojos cerrados todo tipo de manjares...menos piña, eso no me lo tengo que imaginar...

Día seis: último día. La piña me rodea, como piña, bebo piña, sudo piña, exhalo piña, vivo piña: soy piña. Ahora sí, tengo que aguantar todo el día sin caer. Mentira. Sustituyo las cuatro rodajas finales de piña por una deliciosa barrita energética casera (la semana que viene, receta).

Conclusión: he conseguido sobrevivir a base de saltarme sistemáticamente la dieta.

No puedo precisar los quilos que he dejado por el camino. No me peso desde hace unos cuatro años. Por salud mental prefiero guiarme por el volumen. Pero os puedo anunciar la buena nueva de tres cm. menos en la cintura, uno en la cadera, otro en los muslos (ahí no me sobra, voy a parecer una cigüeña, pero esto es otra historia).

Os diréis, pobre Conguito, está loca de remate. Y yo os contesto, puede que sí. Pero es que no tengo paciencia. Necesitaba un portazo, un revulsivo, un hasta aquí hemos llegado señores quilos ¡fuera! Ahora que mi estómago es del tamaño de una pelota de pin-pon, será cuestión de seguir. Esta vez con un método más sensato: comiendo con la cabeza, en vez de con el estómago. ¿Me explico?

¿Qué hay de vosotros? ¿Cuál es vuestra estrategia para cambiar el rumbo de las cosas (quien dice quilos dice cualquier otro tema)?

*Si a alguien le interesa la versión de la dieta que seguí (teóricamente y con tropiezos) se la mando.

domingo, 14 de marzo de 2010

Fin de la semana blanca

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Comienzo de la semana de la colada

sábado, 13 de marzo de 2010

Pechuga de pato con salsa de setas

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El único inconveniente de este plato, es que hay que servirlo recién hecho. Sin embargo, merece la pena.

Pechuga de pato con salsa de setas

4 raciones

Ingredientes:
  • 1 magret o pechuga de pato
  • 250 gr. setas
  • 4 cucharadas caldo de ave
  • 5 cucharadas nata para cocinar
  • zumo de medio limón
  • mantequilla
  • sal y pimienta blanca recién molida
Método:
  1. Primero hacemos la salsa.
  2. Preparamos nuestro caldo de ave: cocemos 250 mil. de agua con una pastilla de caldo. Reservamos caliente.
  3. Salteamos las setas con una cucharada o dos de mantequilla. Cuidado, no deben dorarse. Podemos reservar alguna seta para adornar el plato, cosa que yo no recordé.
  4. Una vez rehogadas las setas, cuando ya están blanditas las trituramos. En seco, sin miedo. Metemos la minipimer y a por ellas.
  5. Cocemos el puré de setas con el caldo de ave unos instantes.
  6. Añadimos la nata y el zumo de limón. Esto le da un sabor diferente.
  7. Salpimentamos al gusto y reservamos.
  8. Hacemos unos cortes diagonales en la grasa de la pechuga de pato. No hace mucho me enteré que esto es para que no pierda la forma.
  9. Encendemos el horno a 200ºC, calor arriba y abajo.
  10. Calentamos una sartén que podamos meter en el horno. Una vez muy caliente, colocamos la pechuga con la cara de la grasa hacia abajo. Dejamos que se dore un minuto y medio y vuelta. La dejamos otro minuto y medio y... ¡al horno! Cuanto la dejéis en el horno depende de cómo os gusta la carne. A mí rosadita, así que con 8-10 min. es suficiente.
  11. Para servir cortamos la pechuga en filetes. Colocamos tres en cada plato con un poco de salsa. Se puede servir con ñoquis, caracolas de pasta con mantequilla o como más nos guste.
La grasa resultante de la pechuga de pato la podemos guardar y utilizar para cocinar. Está muy rica.

viernes, 12 de marzo de 2010

Gremio de artesanos confiteros del Principado

8 comentarios
Ayer tuve la suerte de acompañar a una clase del insti a su visita al Gremio de Artesanos Confiteros.

Me sorprendió lo escondido que estaba. Vamos que si no sabes dónde es, no das con ello. También me sorprendió el tamaño, más bien pequeño. Tal vez sea una falsa impresión y halla salas gigantes que no visitamos. Seguramente será eso.

Al entrar vimos este magnífico mural de un chatarrero-artista del lugar. Desgraciadamente, ya no me acuerdo de su nombre. Sólo existen cuatro obras de él.
Nos recibió don Jesús Merino. Este hombre me resultó fascinante. No me hubiera importado hablar con él un par de horas. Lo que pudimos deducir, es que fue periodista y ahora trabaja aquí.

Los chicos que aquí se forman, son verdaderos artistas. Para ellos el chocolate es como para otros la madera o la piedra, sólo que más rico.

Aquí aprenden no sólo ha confeccionar delicias de todo tipo, siempre que sean dulces, también a presentarlas de manera agradable.
Una anécdota impresionante es la historia de la escultura en chocolate de la iglesia de Valdedios. Una institución, de nuevo pido disculpas por no acordarme de cuál, la pidió prestada. Los transportistas ignoraron las indicaciones de cómo debían transportarla. El resultado:
188 horas de trabajo destruídas. ¿Qué se les ocurrió alegar a los zopencos? "Bueno, está asegurada, ¿no?". Pues resulta que la tienen que recostruir los mismos que la hicieron en primer lugar. Reunir a cuatro personas después de quince años no es fácil: trabajan, tienen familia...

Por que en este sector no hay paro. Los vienen a buscar antes de que acaben la formación incluso. Está claro que los españoles no podemos renunciar al dulce, ni en crisis.
Después de una rápida visita al laboratorio, donde vimos estas monas de pascua, conocimos el museo.Sinceramente, no me veo yo construyendo nada de esto. No tengo la paciencia, ni la dedicación. De ahí que mi admiración sea aún mayor. El chocolate se deja secar y luego se mete en estas urnas para su conservación, a parte de la temperatura que no es caliente.
de los edificios con tejado, os diré que cada teja tiene que ser modelada individualmente y a mano. Esta reprodución de Santa Cristina de Lena era una auténtica virguería. Los detalles interiores son perfectos.En estos momentos estaban trabajando en esta otra iglesia, modelando las tejas. Una a una. Sí, ya sé que me repito. Pero, una a una.

Luego fuimos al obrador. Bajo las indicaciones de Merino, los chicos confeccionaron unas pastas.
El obrador era como el paraíso para mí, con su horno, congelador, nevera, amasador y todo tipo de máquinas. Aprendimos cómo se amasa, extiende, corta, glasea y cuecen las pastas. Además nos invitaron a chocolate caliente...... y bollería.
O sea, que cuando me den la patada, a lo mejor me vengo aquí y me hago confitera. Aunque iba a ser un cortazo. Los alumnos tienen entre 16 y 19 años. ¡Podría ser su madre!